Apoya a Aina

Me llamo Aina y tengo 20 años. El pasado 13 de abril, junto a mi compañera Nahia, manchamos la pared del ministerio de justicia de pintura roja y negra, simbolizando sangre y petróleo, por lo que nos reclaman 1700 euros a cada una. Pasamos 47 horas en el calabozo sin apenas comer y sin saber nada de lo que nos iba a pasar. Al salir, llamé a mi padre para explicárselo, y me preguntó por qué lo había hecho. Me eché a llorar al teléfono, en seguida, diciéndole que estaba muerta de miedo. Que me aterraba el futuro. Que en unos pocos años, probablemente, no iba a haber agua suficiente para cultivar alimento para toda la población. Que las condiciones meteorológicas serán cada vez más extremas. Que, si no hacemos algo ya, cada vez habrá más represión y violencia. Papá, tengo mucho miedo. Estamos en una emergencia y no podemos permitirnos seguir haciendo vida "normal". No podemos seguir consumiendo como lo hacemos. No podemos seguir produciendo carne y tirando de combustibles fósiles. Y los altos cargos, gobiernos, empresas y ricos, fingen que no hay nada mal. Si no cambiamos el presente no habrá futuro.

Mi compañera y yo pedíamos "justicia climática" delante del Ministerio de Justicia porque buscábamos una voz; porque necesitamos que se nos escuche; porque es absurdo que estemos pagando, entre todas, políticas que destruyen nuestro futuro; porque estamos en una emergencia climática y tenemos que asumirlo, colectivamente, ya.

Creemos que es legítima la desobediencia civil como modo de protesta ante las políticas de la muerte de los gobiernos. Merecemos un planeta habitable, igual que el resto de especies. Merecemos que se tengan en cuenta los intereses de todas las habitantes del planeta, presentes y futuras.

El futuro será vegetal o no será.

Nuestro compromiso es el de recurrir todas las sanciones administrativas y los procesos penales siempre que sea posible, pues lo que hacemos es en el ejercicio de nuestro derecho a la libertad de expresión, pero esto también tiene un coste. El dinero de esta Caja de Resistencia se empleará para:
1.- Posibles gastos de abogadas y similares.
2.- Posibles gastos de desplazamientos de activistas para asistir a juicios y similares.
3.- Solo en el caso de que la activista lo solicite y no se pueda seguir recurriendo, abonar las sanciones económicas que les impongan.

A nivel colectivo, animamos a nuestras activistas a declararse en rebeldía frente al sistema judicial y a la represión, por lo que muchas integrantes optarán también por no abonar las posibles sanciones económicas, pero como es una decisión personal, intentamos estar preparadas para apoyar a quien lo necesite.

Las Cajas de Resistencia individuales como esta son para las distintas activistas que así lo han solicitado. Son personas especialmente vulnerables que han solicitado tener un espacio propio en la recaudación para tratar de garantizarse una cierta estabilidad y el equipo de Finanzas de Futuro Vegetal lo ha considerado justo y útil. Para sus posibles gastos de defensa se priorizará lo recaudado en su Caja de Resistencia individual, aunque se utilizarán también fondos comunes cuando los primeros no sean suficientes.

El dinero que no haya sido necesario utilizar una vez acabe el periodo de esta recaudación, es decir, una vez finalice el proceso represivo de Nahia, se trasladará a la Caja de Resistencia común.